¿Has oído hablar de los microgreens? En los últimos años se han convertido en una tendencia en el mundo de la horticultura y la gastronomía. Se tratan de pequeñas plantas, a medio camino entre los brotes y las plantas baby, que se pueden cultivar en casa o en el jardín y aportan una gran cantidad de nutrientes concentrados. Así que, si te parece interesante y quieres saber más sobre estas microplantas, sigue leyendo. Y si quieres ampliar tus conocimientos en el cuidado de plantas y diseño de jardines, echa un vistazo al máster online en paisajismo.
Índice de contenidos
¿Qué son los microgreens?
Los microgreens son microplantas jóvenes que no miden más de tres centímetros de altura porque se encuentran en sus primeras fases de crecimiento. Para que lo entiendas mejor, están a medio camino entre los brotes, como los de soja, y las plantas tiernas, como los cogollos de lechuga.
También conocidos como confeti vegetal, puedes cultivarlos de muchas verduras, hortalizas y legumbres. Y lo mejor de todo es que puedes cultivarlos, mantenerlos y cosecharlos en tu casa o jardín de manera muy fácil.
Ventajas de las microplantas
Además de ser muy fáciles de conseguir, cultivar y cosechar, el valor nutricional de los microgreens es muy destacable. Son ricas en clorofila, fibra y producen un efecto saciante.
Cada gramo de estas pequeñas plantas concentra mayor sabor y mayores cantidades de potasio, hierro, magnesio, zinc y otros antioxidantes. Para que te hagas una idea, los niveles de propiedades antioxidantes de estas pequeñas plantas son 40 veces más elevadas que en plantas ya maduras. Por lo tanto, incorporarlos a tu dieta beneficiará a tu salud.
Qué microgreens se pueden plantar y cultivar
A la hora de plantar microgreens ten en cuenta que debes comprar semillas para germinar, lo que te asegurará que no han sido tratadas para que se inhiba o se debilite la germinación. De esta manera, las microplantas más utilizadas son de:
- Albahaca.
- Brócoli.
- Coliflor.
- Cilantro.
- Espinacas.
- Col.
- Guisantes.
- Mostaza.
- Perejil.
- Rábano.
- Remolacha.
- Girasol.
- Rúcula.
- Berro de jardín.
- Pak choi.
- Chia.
- Trigo sarraceno.
Cómo cultivar microgreens paso a paso
Como hemos mencionado anteriormente, las microplantas son muy fáciles de plantar y cuidar. Pero, antes que nada, debes saber que crecen directamente en la tierra o en bandejas de cultivo. No necesitan mucho espacio, por lo que pueden cultivarse tanto en interior como exterior. Esto sí, necesitan luz solar indirecta y regarlas una vez al día.
Los microverdes se suelen recolectar entre 7 y 14 días después de la germinación, cuando vemos que aparecen las primeras hojas. Lo recomendable es cosecharlos en el momento que se quieran consumir.
Una vez explicado esto, toca ponerse manos a la obra en el cultivo de estas pequeñas plantas. Para empezar, necesitarás los siguientes materiales:
- Bandejas de cultivo o directamente en el jardín.
- Semillas. Las que mejor funcionan son las de brócoli, mostaza, coliflor, chía, girasol o trigo sarraceno.
- Sustrato ecológico de cultivo o tierra mezclada con un 60% de turba o fibra de como + 40% de hummus de lombriz.
- Pulverizador.
Y, a continuación, pasamos a explicarte cómo cultivar microgreens en cinco pasos. Toma nota.
Lava las semillas y ponlas en remojo
En primer lugar, debes lavar las semillas con un colador o bolsa de germinación. A continuación, y dependiendo del tamaño de las semillas, remójalas durante 4-8 horas. Ten en cuenta que las semillas mucilanginosas, como la rúcula, el berro, la mostaza o la albahaca, no se remojan.
Después, coloca las semillas en la bolsa o tarro de germinación y espera a que comiencen a germinar. Lávalas entre dos y tres veces al día y cuando hayan alcanzado el mismo tamaño que el grano, podrás sembrarlas.
Importante: si decides plantar las semillas (sobre todo las mucilanginosas o muy pequeñas) directamente sobre el sustrato húmedo, puedes saltarte los pasos de remojo y colocación en tarros.
Prepara la superficie de cultivo
Para cultivar tus microgreens, puedes utilizar la típica bandeja de cultivo y extender el sustrato sobre esta formando una capa de entre 2 y 3 cm de profundidad. Como alternativas también puedes usar germinadores, bandejas grandes de germinación o, en caso de un jardín o microhuerto, utilizar macetas.
Después de tu elección, empapa la tierra con agua hasta que quede húmeda y esponjosa.
Siembra
Esparce las semillas germinadas (o sin germinar) de forma uniforme sobre la tierra, compactándola un poco. Tiene que quedar bien rellena de semillas y poco espacio entre ellas. Seguidamente, humedécelas con el pulverizador.
Importante: si has escogido sembrar en una bandeja, cúbrela con otra del mismo tamaño. Si tu opción es un germinador, utiliza un trapo. En ambos casos deja reposar durante 3-4 días. Y si has escogido un microhuerto, recuerda que se autoriega y mantiene la humedad óptima.
Pasados los días, destapa la bandeja y ponla en un lugar donde dé la luz de forma indirecta. En los microhuertos no es necesario, ya que llevan la luz incorporada.
Haz mantenimiento
Para favorecer la proliferación de los microgreens, la tierra siempre tiene que estar húmeda, pero sin encharcarla. Asimismo, si quieres aumentar su valor nutritivo, puedes enriquecer las plantas con compuestos ricos en oligoelementos. Puedes utilizar polvos de algas kelp o compost macerado.
Recolecta
Pasadas entre 2 y 4 semanas después de la siembra, recolecta los microgreens con unas tijeras. Para hacerlo, coge pequeños manojos con la mano, de afuera hacia dentro y a ras de la tierra. Seguidamente, ponlos en remojo en un recipiente con agua, escúrrelos bien y ya está: ¡listos para comer!
A veces, si sigues regando los tallos, puede iniciarse una segunda cosecha. Si no, siempre puedes reaprovechar la tierra para hacer compost.
Matricúlate en el máster en paisajismo y desarrolla tus conocimientos y habilidades en jardinería y diseño de espacios verdes.
Cómo utilizar y almacenar los microverdes
Lo ideal es consumir los microverdes una vez cosechados, pero también pueden almacenarse en la nevera durante unos días. El único inconveniente será que pueden perder sabor y propiedades nutritivas. Para mantener su frescura, colócalos en un recipiente de cristal y tápalo con papel de film. De esta manera, podrás utilizarlos en ensaladas, pizzas, sándwiches o incluso saltearlos.
Como ves, cultivar microverdes en casa es fácil y sencillo, sin tener que esperar meses para ver los resultados y pudiendo convertirlo en una actividad familiar.