La automatización industrial forma parte del salto a la industria 4.0. Es un proceso que viene de la mano de las tecnologías de la información. Gracias a ello, las empresas pueden conseguir mayor eficiencia y una mejora de los procesos productivos. Si quieres saber cuáles son sus ventajas, quédate. Además, te invitamos a que eches un vistazo al máster online en robótica industrial y guíes tu futuro profesional hacia este sector en constante crecimiento y evolución.
Índice de contenidos
¿Qué es la automatización industrial?
Definimos la automatización industrial como el uso de la tecnología para controlar ciertos procesos industriales. Estos procesos suelen realizarse de una manera repetitiva, por lo que se generan funciones automáticas para reducir la intervención humana. De esta manera, se puede decir que las tareas de carácter repetitivo son realizadas por máquinas programadas. Gracias a ello, se reducen los tiempos de producción y los posibles errores generados por el cansancio o la monotonía en la empresa.
Ahora bien, este tipo de sistemas cuenta con una serie de componentes de software y hardware que permiten controlarlos y monitorizarlos. Por lo tanto, el trabajo humano no se descarta, sino que se centra en la programación y mantenimiento de los sistemas que integran dichas máquinas.
¿Cómo funciona la automatización?
El sistema de funcionamiento de la automatización en la industria se define de manera sencilla mediante una pirámide de tres niveles. Con este sencillo concepto, puedes entender el conjunto del proceso que se lleva a cabo:
- Nivel inferior: Se encuentra en la propia maquinaria y cuenta con dos grupos de componentes básicos. Por un lado, hallamos los sensores, que miden diversos parámetros. En el otro, los conocidos como actuadores, que ejecutan los procesos.
- Nivel medio: Es el punto de control, donde se ejecutan los diferentes programas. Para ello se apoyan en controladores lógicos programables que miden y procesan los datos en tiempo real.
- Nivel superior: Es la cúspide de la pirámide. En este punto se almacena y se visualiza el conjunto de los datos.
Junto a esta pirámide se encuentran dos elementos auxiliares de gran relevancia. La alimentación, que proporciona energía a los equipos, y los protocolos de seguridad como parte de la prevención de riesgos.
Ventajas y desventajas del proceso de automatización
Como todo salto dentro del mundo de la industria, el proceso de automatización industrial cuenta con una serie de ventajas y desventajas. Si las conoces, podrás encontrar el equilibrio para implementarla con éxito en tu empresa.
Ventajas
- Mejora de la productividad. Al automatizar un proceso, aumentan su velocidad y su precisión. Eso genera productos más rápidos y mejores.
- Calidad del producto. Estos sistemas cuentan con mayor uniformidad en el trabajo. De esta manera, se reduce la tasa de productos defectuosos.
- Reducción de costes. Pese a que la instalación supone un fuerte desembolso inicial, se ve compensado a largo plazo. Gracias a ello, se reduce el coste unitario y se genera un retorno de la inversión.
- Fin de la rutina. La vigilancia de sensores y las tareas monótonas desaparecen de la empresa. Esto provoca una mayor eficiencia de los recursos.
- Mayor seguridad. Se evitan accidentes y lesiones al sustituir a los trabajadores en entornos peligrosos. Simplemente, se necesita una labor de supervisión.
- Control de manera remota. Se puede vigilar el conjunto de la red o la empresa desde un solo lugar. Esto es una ayuda a la hora de realizar operaciones coordinadas.
- Datos en tiempo real. Gracias a los sensores y las comunicaciones, puedes seguir la producción en tiempo real y tomar decisiones manejando mucha más información.
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Desventajas
- Pérdida de empleos. La mano de obra se reduce al llevar a cabo los procesos de forma automática.
- Contaminación. La maquinaria necesita, en muchas ocasiones, gases y sustancias químicas contaminantes.
- Baja versatilidad. Al contrario que un operario, una máquina está diseñada para hacer una sola tarea. Esto implica que, si el proceso se detiene o desaparece, no puede implicarse en otro.
- Procesos concretos. En la actualidad existen ciertos procesos que no se pueden realizar de manera autónoma. Un ejemplo es el embalaje de objetos irregulares.
- Programación errónea. Cometer un error al programar un automatismo puede derivar en un problema de producción que abarque un gran número de unidades.
- Costes de implementación. Al iniciar el proceso, el coste se dispara. A la inversión en la maquinaria se le suma la formación de empleados o la adaptación de los espacios.
Las empresas que se dedican al desarrollo de estos procesos se encuentran en una constante evolución para subsanar estos problemas. Gracias a ellas, podrás aplicarlas con mayor eficiencia en la tuya.
Tecnologías que forman parte de la automatización industrial
Para poder afrontar los procesos automáticos resulta imprescindible contar con las herramientas adecuadas. Entre las más relevantes encontramos los sensores, unos elementos necesarios para la medición de los diferentes parámetros. Gracias a ellos podemos conocer tanto el estado de la máquina como el del proceso. También hay los actuadores, que son los responsables de realizar y completar los diferentes procesos.
Por otro lado, están los programas de gestión de datos, es decir, el software del sistema, encargado de la recopilación y el procesamiento de todos los datos obtenidos. También hay los PLC o controladores programables, el eje sobre el que funciona el proceso. Gracias a ellos, se procesan los datos de los sensores y se ejecutan las operaciones en los actuadores.
Finalmente hay la interfaz, que es la comunicación entre el proceso y la persona encargada de la supervisión. Vuelca los datos de manera lógica y comprensible. Y como no, las TIC o tecnologías de la información. Engloban desde el IoT hasta las redes de comunicación como el 5G. Gracias a ellas, los procesos se pueden controlar en tiempo real y de una manera remota.
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Ejemplos de éxito
Existen varios ejemplos que han demostrado los beneficios de automatizar la industria:
- Cadenas de producción de coches. Son uno de los ejemplos más clásicos. La instalación de determinados componentes o el pintado de vehículos son dos procesos automáticos. Se reducen riesgos y se mejora la productividad.
- Industria farmacéutica. La automatización permitió resolver el problema de envasado de las pastillas acelerando el proceso productivo y ahorrando costes.
- Producción de piezas. Automatizar la extracción de piezas de moldes redujo el riesgo de los operarios y permitió manipularlas a temperaturas superiores.