Si eres un apasionado de la agricultura, te interesa todo lo que te vamos a contar sobre los abonos para plantas. No solo basta con los nutrientes que proporciona la tierra. Con el paso del tiempo, el suelo va perdiéndolos y la raíz empieza a necesitar un aporte extra para continuar desarrollándose de forma óptima. La mejor solución a la escasez de nutrientes del suelo es el uso de fertilizantes de manera habitual. En este post te contamos qué beneficios presenta la utilización de abonos para plantas y qué tipos puedes adquirir hoy en día. Además, si quieres dedicarte a ello profesionalmente, echa un vistazo al Máster en Paisajismo.
¿Qué son los abonos para plantas?
Para una planta el abono es siempre sinónimo de comida. De hecho, cumple las funciones de mantener al vegetal con la vitalidad suficiente como para que pueda realizar con éxito los procesos de fotosíntesis, crecimiento, floración, etc. Puedes encontrarlo de manera natural en la tierra, ya que las hojas secas que se desprenden de los árboles y otros restos orgánicos de distinta índole acaban por descomponerse. A través de este proceso de descomposición proveen a la tierra de nutrientes. El estiércol es otro ejemplo de abono orgánico.
Beneficios e inconvenientes que presenta su uso
Entre las mayores ventajas del abonado destaca el hecho de que este modifica de manera positiva las propiedades del suelo, físicas, biológicas y químicas. Es el encargado de proporcionar fertilidad a un suelo empobrecido, elevando en gran medida la presencia de micro y macronutrientes, minerales y oligoelementos. Por otra parte, suelen ser bastante económicos y muy fáciles de utilizar.
Pero ¿sabes qué desventajas presentan? La principal es, sin duda, la fase de experimentación por la que debes pasar hasta saber a ciencia cierta qué tipo de abono para plantas sienta mejor a tu jardín o huerto y en qué cantidad usarlo. Además, en los abonos orgánicos se corre el riesgo de contaminación de los cultivos, ya que provienen de los excrementos de animales herbívoros. Así pues, solo tienes que probar hasta encontrar qué sustancia propicia un mejor crecimiento.
Tipos de abonos
Si en tu hogar tienes plantas en maceta, es importante que sepas que debes abonarlas periódicamente. Aunque las hayas plantado en un sustrato nuevo, las raíces poco a poco van absorbiendo todos los nutrientes. Llega un momento en el que el suelo se empobrece porque el sustrato ha envejecido. Como resultado, el desarrollo de tus plantas se frenará de manera notable. Veamos con más detalle qué tipos de sustrato existen y sus características.
Abono orgánico
Entre la gran variedad de abonos orgánicos encontramos los siguientes:
- Abono verde. Es un compuesto que contiene un aporte extra de nitrógeno. Si quieres obtenerlo tú mismo, es sencillo. Tan solo tendrás que plantar leguminosas (habas, guisantes, judías, alfalfa o trébol) y enterrarlas. Fácil, económico y muy conveniente para los vegetales.
- Compost. Se obtiene mediante materia orgánica previamente fermentada. Para elaborarlo deberás usar restos de comida, residuos agrícolas, estiércol de animales y humus de lombriz. Muy de moda en las casas con jardín.
- Estiércol. Se consigue a partir de animales herbívoros como la oveja, cabra, caballo, conejos, etc. Se trata de una manera absolutamente natural de nutrir la tierra y tus plantas. Lo puedes comprar en viveros o granjas, ¡y ya lo hay sin olor!
- Guano. Puede que lo conozcas con el nombre de gallinaza. Es similar al estiércol, pero elaborado a partir de excrementos de palomina y murciélagos. Se trata de una mezcla muy nutritiva, sobre todo para las plantas hortícolas.
- Turba. Este compuesto de color pardo oscuro o más claro aparece en áreas pantanosas debido a la gran descomposición de restos vegetales. Con un pH de 3.5, la debes usar mezclada con otro tipo de sustrato, ya que su función es la de acidificar.
Abonos químicos
Los fertilizantes de este tipo siguen siendo los más utilizados en los hogares. Sin embargo, la tendencia a elegir uno orgánico va en aumento.
- Convencionales. También llamados de rápida liberación, los puedes encontrar en distintos formatos: fosfóricos, nitrogenados, potásicos, binarios (con 2 de los macronutrientes) o ternarios, que contienen los 3 macronutrientes. Estos son el nitrógeno, fósforo y potasio.
- De liberación lenta. A diferencia de los convencionales que la planta puede absorber al momento, los de liberación lenta se van disolviendo lentamente con los riegos.
- Específicos para cada especie de planta. Los puedes conseguir en formato granulado o líquido. Los hay específicos para cada especie: cactus, césped, bonsáis, plantas verdes de interior o acidófilas, etc.
- Organominerales. Son una interesante combinación de minerales con materia orgánica.
- Foliares. Se aplican mediante pulverización sobre las hojas. Resuelven con gran rapidez problemas como la falta de manganeso o de hierro.
Factores a tener en cuenta antes de su utilización
Ahora que ya conoces los tipos de abono existentes en el mercado, es hora de aprender cómo utilizarlos para que las especies de tu jardín se beneficien al máximo de él.
En primer lugar y contrariamente a lo que la mayoría pensamos, hay que abonarlas a lo largo de todo el año. Existe la creencia popular de que solo debemos aportar nutrientes durante los meses de más calor. Sin embargo, esto carece de base científica. La realidad es que tanto en verano como en invierno los árboles necesitan comer y beber para potenciar un crecimiento adecuado.
Por ello, en la temporada de otoño-invierno será mejor que optes por un abono de liberación lenta, mientras que en la temporada estival serán más apropiados los específicos o el guano. De este modo, estarás cubriendo sus necesidades durante todas las estaciones del año.
¿Sabes en qué casos no has de abonarlas? Nunca lo hagas inmediatamente después de haberlas trasplantado o si hace poco que las has adquirido y la tierra está muy seca. En este caso, riega y deja pasar unos días antes de proceder al abonado.
En definitiva, los abonos para plantas son un complemento de jardinería que no puede faltar para que tus flores crezcan fuertes y sanas. Recuerda elegir el adecuado para cada especie y momento del año, ¡y disfruta de tu jardín!