Las aguas industriales son aquellas que provienen de cualquier actividad fabril en cuyo proceso de producción, transformación o manipulación se emplee este elemento. Así como otros líquidos residuales o lo que conocemos como aguas de proceso y aguas de drenaje. Se trata de aguas negras a evacuar que posteriormente descargamos al medio ambiente. Por tanto, han de pasar por plantas de tratamiento para que el impacto en la naturaleza sea el menor posible. En concreto, las vertimos a ríos y mares tras una depuración parcial en la que intentamos eliminar la mayor cantidad de sustancias contaminantes posible.
¿Quieres saber más sobre ello? Entonces, quédate. En este post te explicamos los componentes de este tipo de aguas y los tratamientos que se pueden aplicar. Además, te invitamos a que eches un vistazo al máster en depuración y tratamiento de aguas si quieres dedicarte profesionalmente a este sector.
Índice de contenidos
Tipos de aguas industriales
Las aguas residuales industriales pueden ser de distintos tipos y es importante saber diferenciarlas para poner en marcha su adecuado tratamiento. El conocimiento de su naturaleza es de vital relevancia para la gestión de la calidad medioambiental, así como para la proyección y explotación de las infraestructuras. Básicamente, se tiene que saber distinguir los diversos componentes nocivos que contienen cada una de ellas.
Tal y como refleja la directiva europea 91/271 CEE, no hay que confundir las aguas industriales con las aguas residuales urbanas o las de origen doméstico. Según este reglamento, las industriales son todas aquellas que fueron vertidas desde un espacio con finalidad comercial o productiva. Dentro de esta clasificación encontramos, a su vez, las que proceden de fábricas y otros centros de producción y las que derivan de actividades relacionadas con la agricultura y la ganadería.
Composición de las aguas residuales
Como te contamos, conocer la composición de estas aguas negras es clave para saber qué clase de actuaciones hay de poner en marcha para su adecuado tratamiento. Los componentes de las aguas residuales, sean de la naturaleza que sean, se dividen en tres tipos: físicos, químicos y biológicos.
- Componentes físicos: son los que se corresponden con el olor, el color, la solidez y la temperatura.
- Componentes químicos: los más comunes pueden ser de origen orgánico (grasas animales, pesticidas, aceites, compuestos orgánicos volátiles, carbohidratos, contaminantes prioritarios, proteínas, fenoles, agentes tensoactivos, etcétera). También inorgánico (cloruros, azufre, metales pesados, nitrógeno, fósforo, los que afectan a la alcalinidad y al pH…). O bien gaseoso (metano, sulfuro de hidrógeno y oxígeno).
- Componentes biológicos: tienen que ver con los restos de animales y plantas.
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¿Qué contaminantes hay en las aguas negras?
Una vez hecha está diferenciación, pasaremos a explicarte cuáles son los contaminantes más comunes que suelen contener las aguas industriales, atendiendo principalmente a su origen. De este modo, las que proceden de fábricas y naves habitualmente llevan casi todos los tipos de componentes nocivos. Ya sean minerales, orgánicos o los relacionados con la térmica cuando se trata de aguas de refrigeración.
Las aguas residuales ganaderas, por su parte, suelen estar infectadas por microorganismos y materia orgánica, principalmente. Si no se tratan debidamente pueden llegar a contaminar pozos y aguas subterráneas cercanas, con el consiguiente peligro que conlleva esto para la salud pública. Asimismo, las agrícolas contienen un exceso de fertilizantes y pesticidas, generando un daño irreparable no solo en aguas subterráneas, sino también en embalses, ríos y mares.
Qué tratamientos se aplican a las aguas residuales industriales
El tratamiento de las aguas de origen industrial es una cuestión de prioridad a nivel internacional. Es fundamental disponer de agua de calidad en cantidad suficiente para nuestro abastecimiento. Esto redunda en una mejora en el medio ambiente, así como en nuestra salud y calidad de vida. Y es que el agua es un bien necesario del que todos dependemos para nuestra subsistencia. Aquí te explicamos sobre la importancia de la potabilización del agua.
A partir de ello, se buscan manejar cuatro aspectos problemáticos como son la corrosión, la actividad microbiológica, la sedimentación y la eliminación del agua residual. Por lo general, estas aguas van a instalaciones específicas donde se llevan a cabo las actuaciones pertinentes para reducir las concentraciones de contaminantes. El objetivo es cumplir con lo que dictan las disposiciones legales en materia de gestión de aguas residuales.
Los efluentes producidos por los procesos industriales pueden presentar una amplia variedad de características físico-químicas. Por ello, se deben tratar cada uno en función de sus particularidades. Además de los que se aplican en aguas de origen doméstico, como la separación de los sólidos de sus corrientes, el desarenado, la sedimentación primaria o las reacciones de precipitación para eliminar metales disueltos, existen otros procesos adicionales en el tratamiento de las aguas que la industria desecha.
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Tratamiento biológico
Se presenta como una de las fases del tratamiento global de las aguas industriales, a diferencia de lo que sucede con las domésticas. Denominado también en sus diversas variantes como activación de lodos, es el más utilizado. Se debe a que es un proceso confiable cuya operación es sencilla y que apenas requiere de mantenimiento.
Este saneamiento ecológico (ecosan) se fundamenta en principios básicos como el uso racional del agua y la prevención de la contaminación. Se lleva a cabo a través de una serie de procesos en los que se usan microorganismos, principalmente bacterias, para la eliminación de los componentes solubles del agua.
Tratamiento de sólidos suspendidos
El proceso más común es el de tipo mecánico, aunque también puedes emplear los denominados físico-químicos. Dependerá de las características de las partículas que se concentren en estas aguas. Por ejemplo el tamaño, el nivel de concentración y si estas son orgánicas o inorgánicas.
El mecánico consiste en el cribado o desbaste, así como la filtración con arena o gravas. El físico tiene que ver con el tamizado, la remoción de gas y arena, la separación y filtración de estos sólidos y la precipitación. Para ello se pueden usar o no floculantes o coagulantes. El químico persigue la eliminación de nitratos, hierro, fosfatos y oxígeno mediante el uso de agentes como el hidrógeno, la precipitación del hidróxido férrico o la cal apagada (hidróxido de calcio).
Tratamiento de elementos disueltos
Estos elementos también pueden presentar características diferentes respecto al origen, el nivel de concentración y el tamaño. Por tanto, cuentas con varias opciones de tratamientos para su remoción. Por ejemplo, la desalinización mediante técnicas como la ósmosis inversa, el intercambio iónico o la electrodiálisis, la absorción sobre carbón activo… Todos estos tratamientos de los que te hemos hablado, a su vez, se clasifican en tratamientos primarios, secundarios y terciarios.